La caída de la producción en Tarija es significativa, pues ha pasado de 42 millones de metros cúbicos diarios en 2015 a apenas 19 en 2022. Entonces producía el 70% del país, ahora apenas el 45
El presidente del Gobierno, Luis Arce Catacora, reconoció hace unas semanas que la producción de gas en el país había “tocado fondo”, lo que provocó una reacción en cadena de sus subordinados vinculados al rubro hidrocaburífero: tanto el Viceministro de Exploración como las altas autoridades de YPFB trataron de matizar las palabras del presidente asegurando que hoy hay más proyectos en trámite que nunca antes – una afirmación que contrasta con los datos de la hemeroteca -.
Tarija es el departamento más afectado por este tocar fondo y los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no dejan lugar a dudas: si entre 2005 y 2015 Tarija produjo más del 65% del gas del país, en la actualidad no alcanza al 45%.
En términos productivos concretos, la caída es muy significativa. El año de mayor producción histórica fue el 2014 en el que se superaron los 15.000 millones de metros cúbicos de gas producidos en Tarija (15.092 concretamente) mientras que en el conjunto nacional se produjeron 22.187. En promedio diario, fueron 41,34 millones de metros cúbicos de gas producido en Tarija de un total de 60,7.
En los seis primeros meses del 2023 la producción media departamental apenas ha llegado a los 17 millones de metros cúbicos diarios, mientras que el promedio nacional es de 37 millones de metros cúbicos, es decir, menos de lo que producía solo Tarija hace diez años.
La curva productiva desde que hay registros en el Instituto Nacional de Estadística, 2001, es clara. Nunca se había producido tan poco desde el año 2004 en el que Tarija ya promedió 17,4 millones de metros cúbicos y Bolivia un total de 28.
Más producción, menor precio
Ese año Margarita ya era una realidad y habían entrado en operación nuevos pozos en San Alberto y San Antonio, los contratos con Brasil y Argentina estaban al inicio y la demanda era creciente. El mes más productivo de Tarija fue marzo de 2014 y el de Bolivia mayo de ese mismo año, con 42 y 62 millones de metros cúbicos producidos al día en promedio. Esos volúmenes se mantuvieron más o menos constantes hasta 2016, sin embargo, los precios hicieron el camino contrario.
A finales de 2014 el precio del crudo empezó a descender desde el entorno de los 100 dólares hasta los apenas 30 que llegaría a cotizar en enero de 2016. Entre las causas señaladas, la optimización de las técnicas de producción de gas y petróleo no convencional y nuevas regulaciones en Estados Unidos que multiplicaron las explotaciones en el propio suelo norteamericano y en otros puntos del mundo, aumentando la oferta y por ende, hundiendo los precios.
Este hundimiento perjudicó especialmente a Bolivia, ya que sus fórmulas de cálculo de los contratos de exportación de gas estaban vinculadas a las cotizaciones del petróleo y por ende, se vendió la mayor cantidad de gas en momentos de precios bajos.
La caída
A partir de 2016 la caída en la producción fue brusca, pues se pasó de los 40 millones de metros cúbicos de gas en promedio de 2015 a 37 en 2016, 32 en 2017 y 28 en 2018, es decir, casi un tercio menos. La caída se mantuvo entonces constante hasta llegar a los 23 de 2021 donde San Alberto dijo basta. 2022 quedó en un promedio de 19 millones de metros cúbicos, es decir, un volumen similar al de 2004, antes de Margarita. En total, Tarija ha perdido la mitad de su producción desde 2015.
El derrumbe en Bolivia, sin embargo, ha sido más amortiguado por el ingreso en producción del megacampo Incahuasi, en territorio de Santa Cruz, que sumó unos 2.000 millones de metros cúbicos anuales a la producción nacional, o lo que es lo mismo, unos 5 millones de metros cúbicos diarios más. Así, Bolivia pasó de producir 60,7 millones de metros cúbicos diarios en 2014 a 56 en 2017 y 46 en 2019. En 2022 han sido 42 y en lo que va de 2023 la cifra es de 37.
En esas, el crecimiento de Santa Cruz en la producción pese a Incahuasi se ha estabilizado y apenas superó los 6.000 millones de metros cúbicos producidos desde el año 2016, solo superado apenas en el año 2021.
Eso sí, en la actualidad los números de Tarija y Santa Cruz tienden a igualarse: En 2022 Tarija sumó 6.997 millones de metros cúbicos al total nacional por los 5.900 de Santa Cruz. Hasta junio de 2023 la producción en Tarija sumaba 3.073 millones de metros cúbicos mientras que Santa Cruz sumaba 2.529.
Los proyectos fallidos en Tarija
Pese a los anuncios, los proyectos nuevos en Tarija han acumulado una sucesión de fracasos sonados.
El primero de ellos se dio en Boyuy X2, perforado por Repsol en el mismo bloque Caipipendi en el que está Margarita aunque con otros objetivos. El mismo llegó hasta los 8.000 metros de profundidad, pero resultó improductivo.
Después se perforó en Huacareta el Jaguar X6, un área paralela a Caipipendi, donde está Margarita, pero al oeste de Entre Ríos. En la misma Shell había depositado grandes expectativas y sin embargo, ni siquiera se comunicaron resultados antes de desmontar la perforación y migrar al norte del bloque, en Chuquisaca.
Los objetivos actuales son reabrir Churumas con nuevas técnicas (sobre las que YPFB no quiere informar a este medio pese a las solicitudes), completar Astilleros, que quedó fuera del área de protección estricta de Tariquía una vez modificado el plan de manejo (y sobre el que YPFB no quiere informar a este medio pese a las solicitudes) y desarrollar San Telmo, esta sí sobre el área de Tariquía, y sobre la que YPFB tampoco quiere informar a este medio pese a las solicitudes.
Mientras, se han reabierto algunos pozos e incorporado alguno, como Los Monos, que llevaba años en estudios.
El País