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La cronología de la escalada diplomática entre Argentina y Bolivia en torno el intento de golpe de Estado

La posición argentina, según el Vocero y medios locales, se gestó después de que Evo Morales impulsara la idea de que en Bolivia hubo un intento de «autogolpe».

La polémica en torno a asonada militar en Bolivia de la semana pasada, escaló en una tensión diplomática luego de que el gobierno de Javier Milei repudiara «la falsa denuncia de golpe de Estado» y asegurara que «la democracia boliviana está en peligro” porque «los gobiernos socialistas derivan en dictaduras». A su vez, el gobierno de Luis Arce contestó con un duro comunicado en el que afirma la amistad entre los países «no debe ser perturbada por ideologías fascistas», pero además citó al embajador argentino en La Paz y llamó en consultas a su representante diplomático en Buenos Aires, un mecanismo de protesta diplomática grave.

La ministra de la Presidencia y canciller interina, María Nela Prada, leyó este lunes un duro comunicado de la Cancillería de Bolivia en respuesta al gobierno argentino, confirmó que citarán al embajador argentino en Bolivia y además llaman a La Paz al embajador boliviano en Argentina.

“Informamos que se ha decidido convocar al embajador de la República Argentina para expresar nuestro enérgico rechazo por las declaraciones vertidas por la Oficina del Presidente Javier Milei. Asimismo, se convocó en consultas al embajador del Estado Plurinacional de Bolivia en Argentina, Ramiro Tapia, para que se haga presente en la sede de gobierno”, afirmó Nela Prada desde La Paz.

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Minutos antes, la Cancillería había emitido un duro comunicado que la canciller interina leyó ante la prensa. Allí, Bolivia «rechaza enérgicamente las inamistosas y temerarias» afirmaciones de la Oficina del Presidente Milei.

«Las desinformadas y tendenciosas aseveraciones, sobre una posible existencia de presos políticos, o la posibilidad de inexistencia de un golpe de Estado militar fallido, constituyen un exceso y un negacionismo inaceptable, ante lo que invitamos a informarse y actuar en el marco de los principios de respeto a la soberanía y no intervención en asuntos internos de otros estados, de conformidad a la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional», repudió la cancillería boliviana.

Pero la parte más dura fue en la que hablan de ideologías fascistas: «La convivencia pacífica y la hermandad entre nuestros pueblos, nunca debe ser perturbada por intereses mezquinos e ideologías fascistas».

Antes de la dura respuesta boliviana, el vocero presidencial argentino, Manuel Adorni aseguró que el día que el general Juan José Zúñiga desplegó tanquetas en el centro de La Paz, el gobierno argentino fue “cauto”. «Había una sobre exigencia de que el gobierno tuviera que pronunciarse. Entendemos que hay una inestabilidad institucional, no somos parte de la política interna de Bolivia y la cautela fue la mejor decisión que hemos tomado», dijo Adorni. Pero además señaló que creía que el comunicado argentino no iba a «generar absolutamente ningún conflicto porque es simplemente una descripción de los hechos».

Ante el comunicado de Milei, el expresidente Evo Morales cerró filas con Arce. Afirmó que el comunicado de Presidencia es una «intromisión e injerencia de Milei», y señaló que por «más diferencias que tengamos con el actual gobierno, no perdemos de vista que Milei es un enemigo de los pueblos».

La posición argentina, según el Vocero y medios locales, se gestó después de que Evo Morales impulsó la idea del autogolpe: «Luis Arce engañó y mintió al pueblo boliviano y al mundo. Es lamentable que se use un tema tan sensible como la denuncia de un golpe».

Javier Milei comentó un posteo sobre esa declaración y unas horas después la Oficina del Presidente emitió el duro comunicado. «El relato difundido era poco creíble y los argumentos no encajaban con el contexto socio-político del país latinoamericano», remarcó la Oficina del Presidente el domingo a la noche.

Además el gobierno argentino destacó que «Bolivia tiene más de 200 presos políticos» donde resaltó los nombres de la ex Presidente interina Jeanine Áñez Chávez y del gobernador de Santa Cruz de la Sierra, Luis Fernando Camacho Vaca.

El gobierno argentino sostiene que “mantuvo la calma y serenidad” frente a los hechos denunciados. «El relato difundido era poco creíble y los argumentos no encajaban con el contexto socio-político» de Bolivia.

Sin embargo, en el comunicado emiten el mensaje de la canciller Diana Mondino, que unas horas después de la intentona militar del miércoles de la semana se expresó en las redes sociales: «Los gobiernos, sean buenos o malos, gusten o no, se cambian únicamente en las urnas. No se cambian con violentos golpes de Estado. La democracia no se negocia».

// El Clarín

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