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El economista Luis Arce llega a mitad de mandato con turbulencias en la economía

El alto déficit fiscal, la caída de las reservas y la escasez de dólares marcan el medio término del Presidente. Los actores económicos destacan la estabilidad de los precios, aunque con un elevado costo fiscal.

El gobierno del presidente Luis Arce llega a la mitad de su mandato con una gestión económica marcada por aciertos como la estabilidad de precios, pero también por la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN), la escasez de divisas, el alto déficit fiscal y el retraso en el plan de industrialización. En suma, quien fuera un ministro de Economía, elogiado durante el gobierno de Evo Morales, enfrenta hoy una economía en turbulencia.

Arce asumió el mando del país el 8 de noviembre de 2020 y este lunes 8 de mayo cumple dos años y medio de gestión.

En este período, la economía creció 6,1% en 2021 y en 4,3% al tercer trimestre de 2022; mientras que la inflación en 2021 fue de 0,90% y el año pasado de 3,1%. Sin embargo, otros indicadores hablan de una economía en problemas, como el déficit fiscal que, pese a haber bajado, se sitúa en un porcentaje elevado del 7,2%, según cifras oficiales.

El déficit ha tenido su correlato en la caída de las reservas internaciones, la escasez de divisas y las dificultades para sostener las importaciones, incluidas las de combustibles subvencionados. Como respuesta a esta situación, el oficialismo aprobó la ley del oro, que permitirá vender hasta 21 toneladas de ese metal, aunque los analistas advierten que este alivio durará unos meses y que el problema de fondo continuará.

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El presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba, Luis Laredo, recordó que en su momento las autoridades decían que el modelo económico social y productivo era exitoso y que la economía boliviana estaba blindada; sin embargo, los indicadores actuales muestram que no era cierto.

Según dijo, es preocupante que tras la caída de las reservas, el Gobierno no supo reaccionar con la liberación de las exportaciones, mejorando las condiciones del sector minero y la producción, incentivando la oferta agrícola para recibir divisas, y diversificando la producción para sustituir el gas.

Uno de los signos de esta situación es la falta de dólares, que son fundamentales para los industriales, importadores y otros, lo que lleva a un retroceso para la reactivación económica. “Si no actuamos ya con soluciones vamos a entrar en una crisis económica seria; de dónde se van a sacar divisas para seguir subvencionando los hidrocarburos, mantener el tipo de cambio, la exportación de gas no cubre”, precisó.

En criterio de Laredo, si la ecomomía estuviera bien, no se tendrían problemas con los dólares, no se necesitaría poner cupos a las exportaciones. Añadió que si bien la inflación está controlada, esto es a costa de un mayor ingreso de productos de contrabando.

“Hay que reconocer que estamos mal, si se han secado los pozos de gas, hay que apretarse los cinturones, se debe dar facilidades al sector productivo para producir más. La única forma de obtener divisas es exportar más, levantar los cupos, la ley del oro va a ser sólo un paliativo”, dijo.

Laredo destacó como un acierto de la gestión la vigencia de los créditos para sustitución de importaciones, pero manifestó que no todos los sectores pueden acceder por las condiciones.

Pérdida de las reservas

Ramiro Cavero, exviceministro de Presupuesto, observó que en la balanza de pagos se ha acentuado la pérdida de Reservas Internacionales Netas (RIN).

Este primer trimestre se pensaba ganar 1.300 millones de dólares, pero los datos al 8 de febrero mostraron 3.538 millones de dólares, mientras que el nivel de las divisas cayó hasta los 372 millones de dólares y en las últimas semanas se conoció de la venta de los Derechos Especiales de Giro (DEG). “En 2022 pensaban ganar 450 millones de dólares de Reservas, pero se perdieron 900 millones de dólares. Los dos problemas principales son el déficit fiscal y el déficit en balanza de pagos y esto es algo que no se ha resuelto”, puntualizó.

En todo caso, dijo que lo positivo es que la economía ha seguido creciendo y la inflación se mantuvo baja, pero a costa de mayor gasto y déficit, y de mantener congelado el tipo de cambio y el precio de la gasolina con un costo fiscal elevado.

Lo positivo

Omar Velasco, economista y docente de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), sostuvo que Arce llegó al Gobierno con una buena reputación como ministro de Economía y hay aspectos positivos que sobresalen en su gestión: por un lado la estabilidad de precios que es una fortaleza y que en la actualidad es la principal preocupación en el mundo.

El otro aspecto es el manejo eficiente de la salud, en el que el gasto se ha priorizado en la compra de vacunas, se garantizaron nuevos ítems, se invirtió en hospitales, se adquirieron vacunas y pruebas anticovid y se han enfrentado tres olas de la pandemia con éxito. “La reactivación de la economía no podía ser efectiva si se volvía a los confinamientos”, remarcó Velasco.

Por otra parte, el economista sostuvo que la economía ha crecido y ha reaccionado a los estímulos como el bono contra el hambre, la reprogramación de créditos y aunque no se cuenta con los datos cerrados del PIB de 2022, se estima que la actividad económica se ha recuperado a los niveles previos a la pandemia de coronavirus.

También hubo una recuperación del empleo y esto sumado a la estabilidad de precios y del tipo de cambio ha generado certidumbre. “Mantener la estabilidad fue fundamental para dar certidumbre, más aún en un contexto de volatilidad e inestabilidad en el mundo los dos últimos años”, apuntó.

Los negativo, de acuerdo con Velasco, es que el Gobierno ha demorado mucho en la elaboración del Plan de Desarrollo y se ha perdido un valioso tiempo en la implementación de las políticas. Hay retraso en la industrialización y se ha ejecutado sólo un 20% de la inversión prevista.

El economista también observó la demora en la gestión de financiamiento y a pesar del récord de exportaciones, el Estado no ha logrado capturar los ingresos fiscales como se lo hizo en el último ciclo de precios de materias primas altos de la década anterior. Pese a todo se logró reducir el elevado déficit fiscal heredado.

La caída de las RIN, en criterio de Velasco, responde a factores externos e internos y es consecuencia del déficit comercial en el sector privado que históricamente consume más divisas al ser importadores de bienes de capital e insumos intermedios. Sin embargo, el superávit comercial que acumuló el sector público hasta 2014 fue bajando desde ese año.

La caída de las RIN por otro lado tiene que ver con el alto costo de la subvención a los carburantes por el alza del precio internacional del petróleo, que pasó de 50 dólares el barril en 2019 a 95 dólares en promedio en 2022, recordó.

El gerente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Marcelo Olguín, destacó que desde el punto de vista económico, el mayor acierto de la gestión del presidente Arce ha sido el control de la inflación.

“Mantener en un dígito la inflación, en una coyuntura internacional donde varios países tienen dos dígitos en la región o tres como Argentina y Venezuela, es algo que se debe resaltar. Pero esto no es gratis y genera otros problemas, por ejemplo mantener fijos los precios de combustibles ha elevado los costos de subvención y ha consumido las RIN”, remarcó.

Añadió que los meses de enero a abril son fuertes en el uso de divisas y la escasez se puede profundizar si no hay una solución de fondo. El problema, dijo, es que muchas empresas están postergando decisiones de importación de materia prima, insumo, equipos y bienes de capital, porque el acceso a dólares se ha vuelto más costoso.

“Esto va a ralentizar el aparato productivo y si las empresas asumen costos adicionales para adquirir dólares, se corre el riesgo de tener un componente importado de inflación que va a incidir en los precios de productos finales en los mercados o encarecer y restar competitividad de las exportaciones”, alertó el gerente de la Caneb.

Según Olguín hay demora en la toma de decisiones del Gobierno, los efectos de la guerra en Ucrania, el alza de las tasas de interés en los países desarrollados son aspectos que iban a tener su impacto.

Cuando eso ocurre es como una aspiradora y las inversiones que estaban previstas en países emergentes o en desarrollo se mueven hacia las economías más fuertes y las naciones enfrentan problemas en el acceso a divisas si es que no modifican el tipo de cambio.

Además está el problema de la caída de la producción y exportaciones de gas y no se ha podido reemplazar los ingresos de 2.000 a 3.000 millones de dólares por año que se generaban en este sector. “Muchos de los proyectos de inversión pública tenían esa finalidad, los recursos de las RIN se usaron para el Fondo, para la Revolución Industrial Productiva (Finpro) y se financiaron empresas públicas que deberían generar retornos y operaciones de exportación más grandes y se debía compensar las caídas”, subrayó Olguín.

Para la Cámara de Exportadores se necesita voluntad política para entender la realidad porque si en el corto plazo no se encuentran soluciones a la falta de divisas, se pueden desencadenar otros problemas. También se deben corregir las restricciones a las exportaciones. “Flexibizar este tipo de medidas puede permitir al país acceder a más divisas, contratos más grandes para exportar soya y derivados, carne, azúcar y alcohol, maíz, sin afectar el mercado interno”, puntualizó.

La directora ejecutiva del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad), Beatriz Muriel, aclaró que la caída del PIB en la gestión 2020 obedeció
principalmente a la crisis sanitaria, la cual desde 2021 fue
disminuida con la vacunación y la inmunidad de rebaño.

En este escenario, indicó que
las cuentas de producción y empleo se recuperaron, aunque con algunas limitaciones; por ejemplo, recién en la gestión 2022 se alcanzó un crecimiento mayor del PIB que en 2019.

Por otra parte, recordó que la política macroeconómica que siguió el gobierno del MAS funcionó en el período de bonanza económica; sin embargo, desde la desaceleración del crecimiento económico y la caída de la producción y exportaciones de gas natural, la política debería haber cambiado. Por ejemplo el gasto público se debió focalizar mejor, priorizar educación y salud.

La economista consideró que el régimen cambiario debió ser modificado y volver al anterior sistema de “minidevaluaciones”.

Por otro lado la tasa de desempleo se redujo a niveles mínimos; sin embargo, la precariedad laboral aumentó.

Para Muriel el actual problema de descenso de las Reservas y falta de divisas no es transitorio, ya que las cuentas fiscales y externas que se asentaban en la producción, pago de tributos y exportaciones del gas natural se redujeron.

Durante su gestión, Arce tuvo que enfrentar el deterioro de las calificaciones de riesgo y el aumento del riesgo país, que en abril pasado se disparó a 1.924 puntos por la caída de las reservas internacionales netas, el elevado déficit fiscal, la falta de divisas y dudas sobre el pago de la deuda. La ley del oro puede aliviar la preocupación en medio de este escenario.

Medidas aplicadas y logros de la nueva administración

Aliciente • En febrero de este año y ante la caída de las RIN y como política de incentivo, el Banco Central de Bolivia (BCB) anunció la compra de dólares al sector exportador a un tipo de cambio competitivo de 6,95 bolivianos a través del Banco Unión, con lo cual esperaba captar unos 1.000 millones de dólares.

Oferta Desde el 6 de marzo pasado, el ente emisor optó por la venta directa de dólares en sus ventanillas y en agencias del Banco Unión.

Problemas La demanda de dólares en el BCB provocó extensas filas en su oficina central y posteriormente la venta se hizo en función a una programación y registro.

Plan Otra de las medidas aplicadas para reactivar la economía en la gestión de Arce fue la entrega del Bono contra el Hambre, el restablecimiento de la inversión pública, el Reintegro en efectivo del Re-IVA, el Impuesto a las Grandes Fortunas, la devolución de aportes de las AFP, el restablecimiento de límites de la cartera productiva y los créditos de Vivienda de Interés Social.

Social El Gobierno resaltó la reducción del desempleo de 6,3% en 2021 a 4,2% en 2022. La pobreza moderada disminuyó de 39% en 2020 a 36,4% en 2021, mientras que la pobreza extrema cayó de 13,7% a 11,1%.

Finanzas El déficit fiscal en la gestión 2020 llegó a 12,7% y se redujo a 9,3% en 2021, en tanto que el año pasado, 7,2%.

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