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Wu Xiaotian: el hombre al que le implantaron un «botón de felicidad» en el cerebro

La depresión tiene el poder de distorsionar la realidad. Parece que la electricidad funciona para contrarrestarla.

Las enfermedades mentales son misterios escurridizos, ya que influyen en el funcionamiento del cerebro, de la mente, de la consciencia. Tres elementos que todavía estamos muy lejos de comprender por completo. Mientras que el corazón, el pulmón, o el riñón humano ya guardan pocos secretos, nuestro cerebro todavía se resiste a ser descifrado. Por suerte, muchísimas personas brillantes dedican su vida a esta labor. Los genios de los que vamos a hablar hoy se encargaron de inventar un «botón de la felicidad» para los que sufren de depresión severa.

Se trata de la Deep Brain Stimulation o DBS. Un proceso médico que consiste en implantar electrodos dentro del cerebro para que produzcan impulsos eléctricos que, al entrar en contacto con ciertas áreas, generen un beneficio para el paciente. La cantidad de estimulación eléctrica es controlada por un aparato parecido a un marcapasos, que se coloca en el pecho y se conecta con el cerebro a través de un cable. Esta técnica se ha usado exitosamente para tratar el Parkinson, la epilepsia, el síndrome de Tourette y el desorden obsesivo-compulsivo. Al desarrollarse, le van encontrando cada vez más usos.

Parece una historia sacada de la ciencia ficción, pero decenas de personas afirman que, luego de que se les implantara un botón de la felicidad (como le suelen llamar al aparato), han experimentado un renacer emocional. Luego de ser miserables por años, varios de ellos al borde del suicidio. La Deep Brain Stimulation les devolvió las ganas de vivir.

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El futuro es ahora.

La historia de Wu Xiaotian

Wu Xiaotian solía ser miserable. Durante 16 años luchó contra el agobiante sentimiento de que nada importaba. Desde que tenía 15 sentía que carecía de voluntad para vivir, y eso lo desesperaba. Sin embargo, aun así mantenía la esperanza de algún día conseguir algún alivio, así fuera de tan solo un 20% de mejoría. Luego de ser implantado con el botón de felicidad, Wu afirma que su condición se alivió en un 80%.

El funcionamiento del dispositivo futurista es fascinanteIdentifica patrones en la actividad cerebral relacionados con la depresión y los interrumpe automáticamente. Para ello estimula secciones específicas del nucleus accumbens, un área del cerebro relacionada con muchas funciones como la motivación, respuesta al estrés, recompensa, etc. Mientras que investigadores de otros países utilizan una interfaz con un solo objetivo, los investigadores del hospital Ruijin en Shanghai pueden estimular hasta dieciséis puntos distintos en el cerebro.

En China, esta tecnología solo está disponible para las personas con depresión severa. Es decir, los individuos que participan en los ensayos clínicos han estado deprimidos por muchos años. Han puesto sus esperanzas en múltiples tratamientos distintos, sin experimentar mejoras a largo plazo. Y por ende han intentado suicidarse. Wu lo intentó inhalando humo de carbón. También lleva cicatrices en las muñecas, producto de otro intento.

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Wu ajustando su dispositivo en la mañana.

Un verdadero milagro de la ciencia

A Wu le gusta amarrar el cargador del dispositivo alrededor de su pecho, porque dice que la luz verde que emite lo hace sentirse como el superhéroe Iron Man. Ambos deben su vida a un milagro de la tecnología. Pero sus padres no podían entender por qué estaba dispuesto a someterse a una cirugía con riesgo de muerte. Su madre prometió que lo apoyaría por el resto de su vida si olvidaba la cirugía, a lo que su hijo respondió que vivía cada día en una prisión construida por demonios. El procedimiento era su única esperanza.

La cirugía fue todo un éxito. Por lo que llegó el día en que encenderían el dispositivo por primera vez. Los investigadores se encontraban en una sala del hospital, toda su atención puesta en Wu. En un instante, Wu sintió que la vitalidad de la que había carecido por dieciséis años volvía a nacer dentro de él, su tristeza desapareció y sus ojos se llenaron de lágrimas. Los científicos comenzaron a experimentar con los dieciséis puntos distintos del cerebro, para ver cuál combinación funcionaba mejor para el paciente. Wu podía identificar el momento justo en que las estimulaciones eléctricas cambiaban. Ya que de pronto se sentía emocionado hasta llorar, mientras que con otra combinación sentía como si lo hubieran apuñalado por la espalda.

Por unos días Wu conoció la felicidad plena. Hasta que los antiguos demonios regresaron. Entonces se llenó de miedo, preguntándose si todo había sido en vano. La realidad era que los investigadores alternaban entre los impulsos posibles, esperando encontrar una solución a largo plazo a sus problemas emocionales. Luego de muchos experimentos, consiguieron la combinación adecuada. Wu considera que en ese momento comenzó su segunda vida.

Wu amarra el cargador del botón de felicidad a su pecho para sentirse como Iron Man

Una nueva vida

Wu ha desarrollado una rutina que le permite vivir como siempre había soñado. Con el tiempo descubrió que si mantenía el dispositivo en modo felicidad todo el tiempo, eventualmente su miseria volvía para acosarlo. La solución fue alternar entre ese modo, el cual se deshacía de todas sus preocupaciones, y uno que él llama «modo de descanso», el cual permite que los pensamientos negativos vuelvan. Según el paciente, eso le da un espacio a su cerebro para generar los químicos que son responsables por la felicidad. Al levantarse, lo primero que hace es cambiar de modo y así comienza el día con una sonrisa.

Esta historia es tan esperanzadora que resulta difícil de creer. Los investigadores parecen poder (a través del dispositivo) controlar los estados emocionales del paciente a voluntad. Es decir, el control mental se convirtió en realidad. Por eso, el desarrollo de la Deep Brain Stimulation podría significar el fin de muchísimas enfermedades mentales. Sin embargo, es muy fácil imaginarnos cómo esta tecnología podría ser usada para el mal. La pregunta es: ¿qué significa para la condición humana que nuestras emociones puedan ser manipuladas a través de simples impulsos eléctricos?

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