El Sedes volvió a ratificar la contaminación del pescado del Pilcomayo. Los weenhayeks piden una segunda opinión, mientras que los guaraníes han convocado a una reunión de emergencia para el 18 de agosto
Un estudio realizado en la gestión 2009 por la Fundación Los Amigos del Pilcomayo (LAMPI), denominado “Calidad Ambiental de la Cuenca Alta y Media del Río Pilcomayo y Afluentes”, ya confirmaba la presencia de metales pesados en el agua, sólidos en suspensión y en peces.
La investigación se realizó bajo la dirección de Max van de Ven, director de LAMPI, y fue publicada en 2010, por encargo de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) y el Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet).
Se tomaron muestras en la corriente principal del Pilcomayo y también se estudiaron algunos afluentes que desembocan en el río Pilcomayo. Se visitaron todos los sitios entre 4 y 9 de noviembre de 2009. Las zonas en las que se extrajeron muestras, fueron Puente Diablo, Puente Méndez, Camblaya Chica, El Puente, San Josecito y Puente Arumá.
Análisis del agua
El estudio señala, que la roca rica en pirita de los Andes es por naturaleza rica en metales pesados y metaloides. En base de los resultados de esta investigación queda evidente que el agua del Pilcomayo contiene naturalmente altas concentraciones de arsénico y aluminio. Ambos metales exceden las normas de la OMS para agua potable en el sitio de control (Puente Diablo). Arsénico, sobre todo constituye un problema en los dos sitios más altos (Puente Diablo y Puente Méndez), aluminio constituye un problema en todas las áreas de muestreo.
El hecho que los valores de fondo naturales para ciertos metales pesados y arsénico en la zona de investigación son más altos que las normas internacionales en relación con la ocurrencia de ciertos efectos en la salud, significa que cuando el ser humano usa fuentes “no contaminadas” para fines de consumo y otras aplicaciones, puede ser que haya riesgos inaceptables para la salud. Así, por ejemplo, se constata que el agua de diferentes fuentes no es apta como agua potable de acuerdo con normas internacionales, mientras que en la práctica sí cumple esta función.
En general, se observó que en todas las áreas de muestreos cuales (posiblemente) pueden ser influenciadas por caudal de la minería, demuestran un incremento de las concentraciones de metales pesados en comparación con el área de control. Aquí no solo son los valores de aluminio y arsénico los cuales exceden las normas de la OMS para agua potable, sino también los valores de níquel (Camblaya Chica y San Josecito) y plomo (Camblaya Chica, San Josecito y Puente Arumá).
Sólidos en suspensión
Los análisis ICP-MS efectuados en las muestras de sólidos en suspensión recolectadas en las diferentes áreas de muestreo, indican que las concentraciones más bajas en este médium han sido encontradas en las muestras del sitio de control (Puente Diablo). La concentración más elevada ha sido encontrada en las muestras de San Juan de Oro a la altura del puente.
En ese entonces se tomaron muestras de seis lugares y detectaron rastros de arsénico, aluminio, níquel y plomo
Para diferentes metales (Al, Mn, Si, Co, Ni, Fe, P, Zn, Pb, Cu, Cr) se ha encontrado una relación importante entre la concentración de tales metales en las muestras de agua no filtradas y la cantidad de sólidos en suspensión en el agua.
Análisis en peces
Para este estudio, se analizaron muestras de las especies del sábalo y bagre, los resultados demuestran que existen grandes diferencias con respecto a la concentración de metales pesados en los diferentes tejidos.
El hígado y, a medida menor, el tejido óseo funcionan para desintoxicar el organismo; almacenan sustancias toxicas para evitar que siguen biodisponibles en el cuerpo encaminando consecuencias dañinas. Por ende, prácticamente todos los metales demuestran la mayor concentración en tales tejidos.
Sin embargo, hacen énfasis que el tejido más consumido (musculo) cuenta con las concentraciones de metales pasados más bajas. El consumo de otros tejidos tiene que ser evitado, recomienda el estudio.
El Periódico