El cuerpo de una niña, conocida solo como Baby Jane, fue encontrado en 2012 en Alabama, Estados Unidos. Llevó casi una década identificarla como Amore Wiggins, y su padre y su pareja fueron arrestados y esperan juicio por su abuso sexual y asesinato. La policía trabaja ahora para reconstruir los últimos días de la víctima. Si bien la justicia tardó una década en llegar a este caso, los investigadores aseguran que “los cuerpos hablan y dan pistas de lo sucedido”. Al final, se descubrió la verdad y los perpetradores fueron llevados ante la justicia.
En la tarde del 28 de enero de 2012, un niño que jugaba béisbol en el bosque a las afueras del pequeño pueblo de Opelika descubrió un pequeño cráneo humano. Se llamó a la policía y se acordonó el área mientras los investigadores recuperaban más restos humanos, incluida una camisa rosa con botones en forma de corazón. El equipo forense determinó que los huesos pertenecían a una niña afroamericana de entre cuatro y siete años que había sido abusada físicamente y desnutrida antes de su muerte. Su nombre era desconocido y se convertiría en Baby Jane para los medios.
A pesar de una extensa investigación, la policía no pudo identificar a la niña ni a su asesino durante varios años. El FBI finalmente se unió a la búsqueda y se creó una imagen forense para mostrar cómo podría haber sido Baby Jane cuando estaba viva. Tomó casi una década, pero en 2022, la niña finalmente fue identificada como Amore Wiggins. Su padre y su pareja fueron arrestados y acusados de abuso sexual y asesinato, y la policía ahora está trabajando para reconstruir los últimos días de su vida.
Si bien la justicia tardó mucho en llegar a este caso, los investigadores aseguran que “los cuerpos hablan y dan pistas de lo sucedido”. Es un recordatorio de que incluso después de años o décadas, se puede descubrir la verdad y se puede hacer justicia.Regenerar respuesta

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