La actriz de Mad Max: Furia en el camino brindó una entrevista en la que volvió a relatar el suceso que ocurrió cuando tenía 15 años y explicó por qué tomó la determinación de ayudar a la población de Sudáfrica desde su lugar de estrella de Hollywood
Se suele pensar que las grandes estrellas de Hollywood tienen vidas de ensueño y ellos, en gran parte, se encargan de así sea. Son pocos los que se atreven a hablar sin rodeos sobre las pesadillas que les tocó atravesar. Charlize Theron es una de ellas. La actriz sudafricana brindó una entrevista esta semana y volvió a referirse a uno de los momentos más difíciles y dramáticos de su adolescencia.
En diálogo con la revista Town & Contry, la protagonista de Monster recordó aquel momento en el que su madre, Gerda Maritz, disparó y mató a su padre, Charles Theron y confesó que aún vive atravesada por el trauma que le causó aquella situación. El hecho ocurrió en junio de 1991. Ese día, el padre de la actriz apareció borracho en la casa familiar y amenazó a su esposa y a Charlize, que en ese momento tenía 15 años. “Estaba tan borracho que no sé cómo se mantenía en pie. Entró a la casa con un arma. Mi mamá y yo estábamos en mi habitación, apoyadas contra la puerta, que él intentaba abrir o tirarla abajo”, rememoró.
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“Entonces, al no poder entrar, dio tres pasos hacia atrás y disparó tres veces contra la puerta. Ninguna de las balas nos alcanzó, lo cual es simplemente un milagro”, continuó. Para que las dos pudieran salvarse, Maritz le disparó a su marido y lo mató. “Nos decía que iba a entrar y que nos iba a matar a los dos. Mi madre logró recuperar el arma y le disparó”, reveló Theron. Como fue en defensa propia, la madre de Charlize no fue acusada, pero la mujer decidió que no podía seguir viviendo en Benoni, la ciudad africana donde nació la actriz, y con mucho esfuerzo compró un pasaje directo a Nueva York para que su hija comenzara sus estudios como modelo y bailarina.
“Él era un hombre enfermo. Toda su vida fue adicto al alcohol y solo conocía esa manera de vivir. Para nosotras era una situación desesperante. Nuestra familia estaba atrapada en esa situación”, explicó la actriz hace un tiempo. Y señaló: “Este tipo de violencia que ocurre dentro de una familia, es algo difícil de charlar, pero creo que al decir lo que me pasó les hago saber a otros que no están solos, y que lo más importante de todo esto es entender la gravedad de las adicciones”.
“Cada día era imprevisible. Vivir con un adicto es algo que te queda incrustado en el cuerpo por el resto de tu vida. El dolor y esa sensación que siempre me van a acompañar no tienen solo que ver con lo que ocurrió esa noche”, explicó esta semana. Y, cuando le preguntaron si ese episodio influyó en su necesidad de luchar contra la violencia doméstica, indicó: “Yo diría esto: esa es una correlación simple de hacer. Pero creo que es mucho más complicado que haber vivido una noche traumática en tu vida”.
“Más allá de lo que me tocó vivir a mí, la violencia de género es una problemática tan evidente en Sudáfrica como en el resto del mundo. Y si sos mujer, es imposible no estar consciente de que esto ocurre”, sumó. Por eso, explicó, una de sus prioridades es trabajar para generar conciencia sobre la prevención y luchar contra ese flagelo. Una de las iniciativas de la actriz fue crear una fundación que brinda ayuda a las víctimas.
En medio de la pandemia de coronavirus que impuso en todo el mundo el aislamiento social, Theron lanzó la campaña #TogetherForHer, para reforzar el combate contra la violencia de género, consciente de que el encierro volvía la situación mucho más compleja en muchos hogares.
En aquel momento, Charlize Theron Africa Outreach Project (CTAOP), su fundación, donó un millón de dólares para reforzar los esfuerzos de la lucha contra el Covid-19. De esa cantidad de dinero, medio millón de dólares fueron destinados a apoyar a las mujeres que sufren violencia doméstica. Concretamente, ese dinero fue específicamente dirigido a los hogares que acogen a mujeres maltratadas y a los programas de comunidades que les brindan apoyo.
De todos modos, cuando en 2007 Theron dio vida a su fundación, tenía también otras problemáticas en mente. En la entrevista con Town & Contry contó que durante su infancia veía con miedo como la gente moría a su alrededor. “Ahora sabemos que se trataba del VIH, pero entonces no mucha gente tenía esa información. Eso me dejó una impresión desde muy joven que siempre ha sido difícil de superar. No fue nada fácil crecer en un país bajo el apartheid y que llegara el sida. Esas cosas realmente me marcaron tanto como esa fatídica noche de mi adolescencia”, indicó.
Entre las primeras iniciativas de la organización figuró el envío de clínicas de salud móviles en Sudáfrica, destinadas a ofrecer programas de prevención del VIH a los jóvenes. Estas unidades móviles fueron un comienzo, pero Theron dice que rápidamente se dio cuenta de que eran “una gota en el balde”. Muchos factores estaban impulsando la pandemia del sida; ella y sus colegas necesitarían ampliar la misión para incluir iniciativas más amplias de educación y salud. “Es una montaña bastante alta para contemplar y la sombra es bastante oscura”, define Theron la situación. “Pero si no sos lo suficientemente valiente como para ir allí con personas que puedan guiarte y entender que son ellas realmente quienes tienen la solución, el cambio simplemente no sucede”, explica.
Dieciséis años después, su fundación ha ayudado a apoyar a 33 organizaciones comunitarias en países del sur de África, incluidos Ruanda, Zambia, Zimbabwe y la República Democrática del Congo y ha ampliado su enfoque para incluir iniciativas que abordan la salud, la educación, la equidad en las vacunas y, por supuesto, la violencia de género.