Las mujeres de todo el planeta volvieron a salir a las calles este 8M en defensa de los derechos y para repudiar la violencia machista en todas sus formas.
Hasta hoy, las mujeres no lograron sobreponerse al impacto económico y social sufrido luego de la pandemia de COVID -19 y en medio de la guerra.
Por citar solo algunas cifras, en 2020 hubo una contundente expulsión de las mujeres de la fuerza laboral por haber tenido que atender las demandas de cuidados en sus hogares.
Una de cada 5 mujeres a nivel global perdió su empleo, afirmó la CEPAL. La crisis generó un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral.
La situación -que ya era crítica- se profundizó luego de la pandemia.
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Entre la inequidad salarial y la lucha por reingresar al mercado laboral
Según el “Índice de Mujeres en el Trabajo” (Women in Work Index) que publica PwC en base a una encuesta hecha a 22.000 mujeres en todos los países de la OCDE, se tardará más de medio siglo en eliminar las diferencias salariales entre hombres y mujeres.
Las mujeres tienen más dificultades para conseguir empleo formal, para poder cumplir con las tareas de cuidado -no remuneradas- y combinarlas con su vida laboral. Asimismo, cuando consiguen un trabajo, el salario sigue siendo inferior al de los hombres y no logran acceder a puestos de liderazgo.
Si solo fueran 100 mujeres…
En el marco del 8M, el BID planteó una hipótesis de un mapa de situación de América Latina y el Caribe: si en la región solo vivieran 100 mujeres, cómo sería su situación. Los resultados hablan por sí solos: 26 de ellas no contarían con ingresos de ningún tipo; 22 adolescentes y adultas jóvenes se dedicarían de forma exclusiva a las tareas del hogar y cuidados; solo 66 tendrían empleo y 34 habrían sufrido violencia de género.
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Las cifras de femicidios en Latinoamérica siguen escalando y las políticas de los gobiernos de protección a las mujeres todavía fallan. Según un informe de la Cepal, hubo cerca de 4500 en 29 países de la región en 2022.