
La challa o ch’alla es una práctica aymara realizada en Bolivia, Perú, Chile y Argentina, consistente en humedecer el suelo o algún elemento para el que se busca protección con bebidas de carácter ritual. Durante la práctica se invita el primer sorbo de la bebida a la Pachamama, y se pide fortuna para el objeto, emprendimiento o festividad involucrada, así como permiso para continuar obteniendo beneficios del mismo, esta invitación se realiza echando un chorro de la bebida al suelo, que representa a la Pachamama.
Durante la celebración del carnaval, en las regiones en las que se practica esta tradición, se destina el día martes para realizar ofrendas y adornar los objetos considerados regalos de la deidad y solicitar buena fortuna para el futuro.
Algunos elementos utilizados durante el martes de challa son los confites, mixtura, serpentina, sullus, cohetes, frutos, banderines y flores7 que se usan para el adorno de los objetos o lugares a encomendarse así como para desear fortuna a los participantes envolviéndolos en serpentina, cubriéndolos con mixtura y brindando con ellos. Los celebrantes del evento también incluyen hojas de coca en las ofrendas y usualmente practican el acullico.
Los bolivianos ofrecieron hoy una «challa» (ofrenda) a la «Pachamama» (Madre Tierra) a través de ritos ancestrales, mezclados con música, danza y bebidas alcohólicas, para agradecer por los bienes materiales que ostentan y para pedirle bienestar.

