El expresidente asumió la medida de presión después de que sus seguidores, que bloqueaban la carretera Cochabamba-La Paz, fueron rebasados por la Policía y Fuerzas Armadas.
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El expresidente Evo Morales inició anoche una huelga de hambre acompañado del senador Leonardo Loza y alcaldes de municipios del trópico que le son leales, afirmó que esta vez no se irá del país y advirtió que puede ser detenido.
“Pueden detenerme, ojalá que no me maten por favor, estaba muchas veces en la cárcel, no tengo ningún miedo, pero no me voy a ir de Bolivia, estoy con mi pueblo y con el pueblo vamos a resistir, vamos a enfrentar y vamos a derrotar a un gobierno corrupto, un gobierno narco”, se le escucha en un video que compartió en sus redes sociales mientras se instala en la huelga.
El exmandatario asumió esta medida de presión después de que la Policía en una operación conjunta con las Fuerzas Armadas desbloqueó ayer uno de los puntos más estratégicos del evismo, la carretera Cochabamba – La Paz, después de 19 días.
Las fuerzas del orden intentaron anteriormente levantar este bloqueo la pasada semana pero fracasaron debido a la resistencia de los leales al expresidente que usaron dinamitas, hondas, piedras y armas de fuego, según la denuncia del Gobierno.
Ahora Morales intenta darle un giro a su derrota, según analistas políticos, con una huelga de hambre que según dijo busca canalizar un diálogo con el Gobierno sobre política y economía; sin embargo, el presidente Luis Arce le respondió que continuará el desbloqueo de otras carreteras que cercan a la ciudad de Cochabamba.
“No es posible ningún diálogo mientras se siga asfixiando la economía de las familias bolivianas”, le refutó.
Los evistas bloquean carreteras para que se anulen los procesos judiciales abiertos en contra del político, entre ellos la denuncia de trata y tráfico de personas, y estupro contra una menor de 15 años en Tarija.
Esta vez Morales, según dice en el video, permanecerá en Bolivia en un intento por aclarar las versiones de que sus colaboradores están haciendo gestiones con México y Venezuela para que puedan darle asilo político.
En 2019 cuando renunció a la presidencia en medio de una crisis política por su afán reeleccionista huyó a México con ayuda del gobierno de AMLO y dejó a sus seguidores abandonados, algo que le recuerdan ahora constantemente.