Fitch Ratings, Moody´s y Standar&Poors alertan el deterioro de varios indicadores, la caída de las Reservas Internacionales, las tensiones políticas que arriesgan la estabilidad.
En un mes tres agencias internacionales y una revista internacional han bajado la calificación de riesgo y ponen a la economía boliviana y al modelo económico, social y comunitario al límite al advertir el deterioro de varios indicadores que ponen en riesgo la estabilidad.
Tanto Fitch Ratings como Moody´s y Standar & Poors han puesto su mirada en la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN) y la falta de divisas como un factor que pone en riesgo la estabilidad macroeconómica de Bolivia.
El 19 de abril la Calificadora de Riesgo Standard & Poors comunicó que bajó las calificaciones soberanas de largo plazo en moneda local y extranjera de Bolivia a “B-“ desde “B”.
Según la compañía, la situación política también fue valorada por la firma que aseguró que “las divisiones políticas han limitado la capacidad de las autoridades para implementar políticas oportunas tendientes a reducir las vulnerabilidades externas”.

S&P Global sostiene que “la salida de dólares aumentó en los últimos dos meses, en un contexto de debilitamiento de la confianza pública en la sostenibilidad del régimen cambiario, que ha mantenido el boliviano vinculado de facto con el dólar estadounidense desde 2011.
El 24 de marzo la Calificadora de Riesgo Moody’s redujo la calificación de riesgo de B2 a Caa1 y la colocó en revisión a la baja. Según la agencia internacional, la decisión de rebajar las calificaciones tiene que ver con una “gobernabilidad muy débil” que ha contribuido a disminuir la disponibilidad de moneda fuerte y aumentó las presiones de liquidez externa hasta un punto que amenaza la estabilidad macroeconómica.
La agencia señaló que la defensa insostenible de la paridad del tipo de cambio con el dólar ha provocado que el stock de reservas de divisas del Banco Central caiga significativamente desde principios de año, llegando a 372 millones de dólares al 8 de febrero (últimos datos disponibles) desde 709 millones de dólares en 2022, y cubriendo sólo unas pocas semanas de las importaciones del país.
El Ministerio de Economía respondió, mediante un comunicado, que los informes de las calificadoras no toman en cuenta las fortalezas de la economía boliviana como la estabilidad económica que se logró después de la pandemia del Covid-19 y la actual incertidumbre de la economía a nivel global.
“La inflación más baja de la región y estabilidad de precios, el récord de exportaciones, altas recaudaciones tributarias, crecimiento del PIB del 4,3% al tercer trimestre de 2022, entre otros, son los indicadores de la estabilidad de la economía boliviana. La variación de la calificación menciona el movimiento de las RIN, no obstante, de acuerdo con Programa Fiscal Financiero 2023, las RIN presentarán una variación positiva respecto a 2022”, precisó.
The Economist y su informe lapidario
El medio especializado The Economist señaló recientemente que la economía boliviana se encuentra “al borde del colapso”. En un análisis del país, cita la palabra de expertos que señalan que el Gobierno no podrá negar esta situación por mucho tiempo más.
De acuerdo con el reportaje, la escasez de dólares que se vive en el país es uno de los síntomas de la crisis que se avecina, así como la caída del valor de los bonos soberanos que el Estado colocó en los mercados financieros internacional.
The Economist además hizo un recuento de los factores que llevaron a Bolivia a su situación actual, como la nacionalización, el establecimiento de un tipo de cambio fijo, la caída de los precios internacionales de las materias primas y la incapacidad del Gobierno de realizar ajustes a sus políticas de subvención y gasto público.
El medio especializado agregó que, debido a la falta de ajustes en el gasto público, el país acumuló deudas y utilizó sus reservas para financiar las subvenciones.
En una posición contraria a los riesgos observados por las agencias internacionales, el 11 de abril, el presidente Luis Arce Catacora aseguró que la economía boliviana está estable, por lo que no hay necesidad de tocar el tipo de cambio ni la subvención de los combustibles.
“Somos la economía más estable, el sistema financiero está totalmente estable, los indicadores financieros de solvencia, de liquidez que tiene el sistema financiero son buenos, no hay duda al respecto, por eso la estabilidad de nuestra moneda. Por lo tanto, aquí claramente hay que decirlo una y diez veces, no hay necesidad de ninguna depreciación de la moneda nacional. No hay devaluación”, señaló el mandatario en entrevista en Cadena A.
Además, remarcó que Bolivia tiene la inflación más baja en la región con 3,1%, en comparación a otros países que tienen hasta un 10% de inflación.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, admitió la noche del pasado miércoles que “la economía boliviana está sorteando una serie de dificultades” y urgió a la Asamblea Legislativa a aprobar créditos pendientes y poner fin a las fricciones políticas para no poner en riesgo la reconstrucción.
Según la autoridad, estos problemas han venido con la pandemia de coronavirus, luego por insumos y energéticos más caros en 2022, y este 2023 varios países están preocupados por las altas tasas de interés.
Cuando hay estos aumentos, los precios de los bonos de los países caen y el riesgo país que es calificado por diferentes agentes sube.
Página Siete