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Crisis demográfica en Japón: envejecimiento acelerado, esperanza de vida récord y escasez de trabajadores jóvenes

Es el mayor proporción de adultos mayores del mundo, según las nuevas estadísticas. El alarmante crecimiento de la población mayor de 65 años en Japón pone en jaque su desarrollo económico y social

La proporción de adultos mayores en Japón alcanza el 29,3% de la población total, la proporción más alta del mundo. (REUTERS)

Fuente: infobae.com

Japón enfrenta una crisis demográfica cada vez más grave debido al envejecimiento acelerado de su población. De acuerdo con The Times, más de 36,25 millones de personas, es decir, el 29,3% de la población total del país, tienen 65 años o más. Esta cifra marca un incremento en el último año que ubica a Japón como la nación con la mayor proporción de adultos mayores del mundo.

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El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social de Japón informó que la población de personas mayores de 65 años ha estado aumentando continuamente. La proporción de personas mayores es la más alta de cualquier país importante, comparándose con el 23,2% en Alemania y el 22,1% en Francia. Japón celebra anualmente el Día del Respeto a los Ancianos, una festividad nacional que destaca estas cifras cada año.

Sin embargo, este aumento de la población anciana trae consigo desafíos importantes para el país. Japón enfrenta una crisis demográfica, ya que la población joven que paga impuestos se ve eclipsada por el número de ciudadanos que reciben pensiones y atención médica. La disminución de la población en edad laboral agrava el problema, ya que hay menos personas para sostener el creciente costo de los servicios médicos y de bienestar social.

El Día del Respeto a los Ancianos resalta la importancia del envejecimiento poblacional japonés en la sociedad. (REUTERS)

A pesar de estos desafíos, un porcentaje considerable de adultos mayores sigue trabajando. El número de trabajadores mayores de 65 años alcanzó los 9,14 millones en 2023, representando el 13,5% de la fuerza laboral total de Japón, según datos del Ministerio del Interior y Comunicaciones. En particular, el sector del bienestar ha visto un notable aumento en trabajadores mayores debido a laescasez de personal joven y la baja tasa de inmigración permitida por el gobierno.

La expectativa de vida juega un papel crucial en estas cifras. Japón es reconocido como uno de los países con mayor esperanza de vida en el mundo, con una media de 81 años para los hombres y 87 años para las mujeres. Este dato es relevante si se considera que el país tiene una alta proporción de centenarios.

Según Anadolu Ajansı, el número de japoneses mayores de 100 años ha alcanzado un récord de 95.000, con un incremento de 2.980 personas en comparación con el año anterior. Las mujeres constituyen el 88,3% de este grupo de centenarios, sumando 83.958.

Un caso destacado es el de Tomiko Itooka, quien a sus 116 años fue reconocida como la persona más longeva del mundo por los Récords Guinness el mes pasado. El título de hombre más longevo de Japón lo ostenta Kiyotaka Mizuno, de 110 años. Estos ejemplos individuales reflejan una tendencia más amplia de longevidad que contribuye al envejecimiento de la población del país.

Tomiko Itooka, reconocida como la persona más longeva del mundo a los 116 años (AFP)

Frente a esta realidad, el gobierno japonés ha intentado mitigar los efectos del envejecimiento poblacional, pero hasta ahora sin lograr resultados deslumbrantes. Japón muestra una notable disminución en su población total, que descendió de 124 millones a 121,56 millones el año pasado, lo que representa la mayor caída desde que se iniciaron los registros en 1968, según datos del Ministerio del Interior y Comunicaciones de Japón.

La cobertura de esta situación en medios internacionales pone de manifiesto las dimensiones del problema. El 11% de las personas mayores de 75 años siguen trabajando, principalmente en tiendas y en el sector del bienestar. La ampliación de la vida laboral de los ancianos es una respuesta a la escasez de mano de obra, dada la baja inmigración y las limitadas tasas de natalidad que contribuyen a un panorama laboral restringido. Por otra parte, las cifras de esperanza de vida y longevidad de Japón no hacen más que evidenciar la necesidad urgente de respuestas políticas y sociales.

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