Los alemanes sacaron chapa de candidatos a ganar la Champions. Arrasaron con todo en el ámbito local y en octavos le dieron una paliza al Chelsea. Con un global de 7-1, el viernes jugarán contra Barcelona
La final anticipada. Todo el planeta coincide en que el viernes quizá se defina media Champions. Será recién el partido de cuartos de final, el viernes, pero el choque entre Bayern Munich y Barcelona tendrá cara a cara a los dos mejores equipos. Por un lado, el que mejor funcionamiento colectivo presenta. Los alemanes son una verdadera máquina. Juegan todos, arrasan, golean y tienen al máximo artillero de la competición. Robert Lewandowski, con el doblete ante Chelsea, llegó nada menos que a 13 goles en el certamen. El Barsa, enfrente, llegará con Lionel Messi, el mejor del mundo, totalmente renovado.
Deberá tener respeto el Culé a un Bayern que llega a Lisboa en silencio, pero con prestaciones de campeón. Con la Bundesliga y la Copa de Alemania en el bolsillo arriban a la fase final de la Orejona tan descansados como afilados. Chelsea, en el afán de medir poderes, quedó reducido a un equipo que parecería ser menor hasta en la Premier. 0-3 en Londres y 1-4 en Munich. Siete en total, pero pudieron ser mucho más.
Sin relajación, lo de este sábado lejos estuvo de parecerse a una práctica. Sin público y con una eliminatoria sentenciada, el Bayern se lo tomó como siempre y asfixió a los ingleses desde el principio. Chelsea, que nunca estuvo en partido, terminó siendo un actor de reparto que jamás estuvo en la serie. Ahora, en un choque de potencias, Messi y Lewandowski irán por todo o nada.